Zain, un puerto pesquero rodeado de montañas que toman su nombre, es una región fría donde conviven diferentes personajes sin relación aparente. En Sonidos de Zain podrás sumergirte en las vidas de los habitantes de esta tierra, siguiendo a los personajes que más te apasionen. Crea con nosotras tu propia novela.

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domingo, 22 de mayo de 2011

Conversaciones en el muelle

Hugo caminó silenciosamente hasta el extremo del muelle, su mano izquierda sostenía dos botellines llenos de un oscuro licor casero. Sentada en el extremo se encontraba Miau, mirando el horizonte como sólo ella sabía hacerlo; sacando de aquella irregular y azulada línea respuestas para (casi) todas sus preguntas. Decía que ver cómo el cielo se reflejaba en el mar le llevaba a pensar cómo al fin y al cabo todo lo que sucede en nuestras vidas acaba reflejándose en nosotros mismos, en nuestra forma de ser y de actuar. Decía que este encuentro con la verdadera naturaleza del alma le ayudaba a ver cuán absurdo era preocuparse por lo que no tenía solución, y cuán importante ser feliz y vivir, siendo conscientes de cada instante.
- Quiero ser un pirata- afirmó Miau mirándose la punta de los pies, que colgaban a unos palmos del agua.
Hugo estaba de pie a su espalda y se sentó a su lado, ofreciéndole uno de los botellines. Miau lo cogió mientras le dirigía una mirada sonriente, Hugo siempre sabía dónde encontrarla cuando quería ser encontrada.
Se quedaron en silencio, observando cómo las nubes se iban deshaciendo en el cielo, creando un mar paralelo en lo alto, con su propio ir y venir de olas. Miau tenía la mirada fija y soñadora, Hugo contemplaba cómo se deslizaba el licor por las paredes del botellín.
- Quiero navegar hasta el horizonte, hasta perder la noción del tiempo y la distancia, hablando por el día con la luna, despertándome con la luz de las estrellas. Quiero ser un pirata…
- La vida pirata la vida mejor – le dijo Hugo sonriendo
- …sin trabajar… - contestó Miau sin salir de su ensoñación
- Sin estudiar… - suspiró Hugo
- … cooooooon la botella de ron – concluyeron amargamente los dos dándole un trago a la botella.
Pasaron unos instantes así, en silencio, dando pequeños sorbos a el amargo licor de bayas mientras acompasaban su respiración con el ritmo de las olas.
- ¿me buscabas?- preguntó Miau de repente mirando a Hugo fijamente
- Si, Naira quiere vernos ahora – respondió éste
- Parece urgente, no será nada grave, verdad? – dijo Miau frunciendo el ceño.
- No, no lo creo, sólo quería enseñarnos algo…
- Vamos, entonces, no tienes curiosidad?-  sonrió Miau poniéndose en pie.

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